Reformas para aprovechar el espacio

Los dueños de casa decidieron reciclar el edificio original, de 1925, conservando su espíritu pero maximizando el uso de los ambientes.

"Transformar sin perder las huellas" fue la máxima de la arquitecta Diana Ellmann al encarar la reforma de esta casa de 80m2 construida en 1925. "Me impuse el desafío de ser fiel al espíritu de la casa chorizo sin renunciar por eso a las innovaciones ni a la comodidad".

La arquitecta optó por preservar algunos detalles originales, como la galería transformada en patio interno, los pisos de pino tea, la altura de los techos, incluso en el segundo piso, y la marquetería. Coherente con esa idea, se eliminaron las paredes internas de la planta baja para generar un espacio único de doble circulación.

Atrapar la luz y multiplicarla fue la premisa de la arquitecta Diana Ellmann al diseñar y ambientar esta casa. Ventanas y más ventanas, patios, terraza y un blanco puro predominan en cada aspecto de esta construcción.

"Quería preservar el efecto de la galería; para eso necesitaba enganchar la nueva estructura sin que se pegoteara con la planta original. Así es que, paradójicamente, el vínculo se da por el vacío que provocan las grandes rajas-portones de vidrio".

Más allá de eso, el resultado son ambientes libres, que permiten espacios para el pensamiento y la reflexión, acompañados con elegancia y sobriedad por materiales nobles, líneas puras y una construcción simple. La esencia de este estilo se basa en los espacios abiertos, que pueden cambiar forma y función con el solo desplazamiento de algunos muebles.