En lo profundo del Valle de Punilla, una familia de Buenos Aires con alma pionera y atracción por lo remoto concretó su pequeño retiro serrano.
"Queríamos que la casa diera la sensación de que está ahí desde siempre, y que no interrumpiera este paisaje tan maravilloso."
"La construcción de nuestro rancho fue titánica." Así comienza el relato de la dueña de casa, madre de tres chicos, que eligió junto con su marido la profundidad del Valle de Punilla, en las Sierras Chicas de Córdoba, como añorado retiro para sus vacaciones familiares.
El proyecto se encargó al arquitecto Manuel Gálvez y la construcción, a un equipo de la zona. "Cuando empezamos la obra, el camión que contratamos para llevar los materiales hizo el primer viaje y no quiso subir más", ríe mientras recuerda el laborioso proceso de la obra.
El monturero junto al palenque ocupa un sitio estratégico, ubicado en un desnivel de la formación rocosa junto a la casa.
Una vez adquirido el terreno, hubo que decidir dónde se ubicaría la casa, hacer los caminos, encontrar las vertientes para traer el agua, hallar la manera de subir los materiales… Corolario: todo se subió en una camioneta que realizó cientos de viajes con un remolque a la rastra. "A veces, se soltaba el remolque, caía cuesta abajo y había que volver a empezar. Por eso, sin el equipo de gente maravillosa que trabajó con nosotros, esto hubiese sido imposible. A ellos les estaremos siempre agradecidos."
"Queríamos que la casa diera la sensación de que está ahí desde siempre, y que no interrumpiera este paisaje tan maravilloso."
"La construcción de nuestro rancho fue titánica." Así comienza el relato de la dueña de casa, madre de tres chicos, que eligió junto con su marido la profundidad del Valle de Punilla, en las Sierras Chicas de Córdoba, como añorado retiro para sus vacaciones familiares.
El proyecto se encargó al arquitecto Manuel Gálvez y la construcción, a un equipo de la zona. "Cuando empezamos la obra, el camión que contratamos para llevar los materiales hizo el primer viaje y no quiso subir más", ríe mientras recuerda el laborioso proceso de la obra.
El monturero junto al palenque ocupa un sitio estratégico, ubicado en un desnivel de la formación rocosa junto a la casa.
Una vez adquirido el terreno, hubo que decidir dónde se ubicaría la casa, hacer los caminos, encontrar las vertientes para traer el agua, hallar la manera de subir los materiales… Corolario: todo se subió en una camioneta que realizó cientos de viajes con un remolque a la rastra. "A veces, se soltaba el remolque, caía cuesta abajo y había que volver a empezar. Por eso, sin el equipo de gente maravillosa que trabajó con nosotros, esto hubiese sido imposible. A ellos les estaremos siempre agradecidos."
Entregamos a cambio una mesa nuestra de estilo Reina Ana y una Colección de porcelana inglesa
La arquitectura de este rancho habla del respeto por el estilo de vida serrano: techumbres con vigas de madera y tejuela, paredes de piedra de canteras locales
Sillón Grandfather, heredado de una abuela inglesa, ubicado entre la chimenea y la ventana.
La arquitectura de este rancho habla del respeto por el estilo de vida serrano: techumbres con vigas de madera y tejuela, paredes de piedra de canteras locales
Sillón Grandfather, heredado de una abuela inglesa, ubicado entre la chimenea y la ventana.
Via: www.espacioliving.com
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