La reconocida oficina de diseño Ziba, con sede principal en Portland, Estados Unidos, ha creado este novedoso y elegante asiento para auditorios, a partir del estudio y la reinterpretación de los puentes en voladizo y la columna vertebral del hombre.
Hay muchas razones para rediseñar un producto cotidiano, pero la eficiencia es uno de los principales. Cuando Ziba se trasladó a un edificio de diseño personalizado, tomaron la consciente decisión de hacer un espacio lo más eficiente posible. El edificio incluía un gran lujo, un auditorio con capacidad para 200 personas. Si bien los auditorios no son espacios intrínsecamente eficientes, éste sería especialmente compacto con pasillos estrechos para dejar espacio suficiente para insertar el taller de modelos por debajo de éste.
Pero esta compactación plantea otro problema. Sentarse cómodamente en un auditorio requiere de asientos abatibles y los típicos asientos de salas de cine ocupan tanto espacio en los pasillos que la gente no podría pasar fácilmente. Además, los asientos tradicionales son permanentes, pero para mantener el espacio lo más flexible posible necesitamos asientos que puedan ser fácilmente removidos y almacenados en el menor espacio posible.
Como una empresa de diseño, también era importante para nosotros que los asientos complementaran visualmente el espacio. Sus superficies limpias y simples y el uso honesto de los materiales exigían algo elegante y creativo a la vez.
El genio funcional de puentes y columna vertebral
El primer desafío fue la geometría: ¿cómo hacer un asiento que soporte el peso de un adulto, pero desaparece casi por completo cuando no se utiliza? Los asientos típicos tienen al menos 12 centímetros de grosor cuando están cerrados y nuestros pasillos solo permitían 4 cms. Esto descartó las bisagras fuera de plataforma y otros mecanismos de apoyo que fueran voluminosos o demasiado débiles, obligando a los diseñadores a buscar nuevas inspiraciones.
Los dos campos que más se acercaban eran la ingeniería estructural y la anatomía humana. Los puentes y los edificios altos son increíblemente eficientes, ya que soportan un peso enorme con un mínimo de material y en espacios estrictamente limitados. El puente voladizo en particular, es capaz de soportar cargas en lugares de difícil acceso a través de la sincronización cuidadosa de los elementos que soportan la tensión y la compresión.
También se encontró un análogo en la columna vertebral humana. Éstas son delgadas y flexibles pero fuertes, y ofrecen un amplio y libre rango de movimiento. Esto lo hacen mediante el apilamiento de una serie de elementos rígidos – las vértebras – que se unen con ligamentos fuertes pero flexibles.
Lo que estas dos estructuras tienen en común es el uso de elementos gruesos y rígidos para la compresión y elementos delgados y dúctiles para la tensión. Sustituyendo los huesos y fibras por madera y chapa de acero, obtuvimos una estrategia prometedora para la fabricación de una silla en voladizo articulado.
El traspaso de esta visión estructural a una pieza de mobiliario tomo meses de ajustes, dibujos y prototipos. Una serie de tablillas de madera cortadas con un ligero ángulo dan al asiento una graciosa curva cuando está comprimido, y los nichos alternados de los bordes mantienen protegidos los dedos.
Una hoja de acero como resorte, tan delgada que casi desaparece, trabaja junto con la madera para soportar hasta 600 libras. En caso de sobrecarga, se dobla y se estira en lugar de romperse, lo que es mucho más seguro que una silla plegable.
El cojín de espuma de alta densidad proporciona comodidad al sentarse y a la vez permite que todo el asiento se pliegue en un grosor de 4″, manteniendo libre el pasillo y utilizando muy poco espacio cuando se apilan para su almacenamiento.
Hay muchas razones para rediseñar un producto cotidiano, pero la eficiencia es uno de los principales. Cuando Ziba se trasladó a un edificio de diseño personalizado, tomaron la consciente decisión de hacer un espacio lo más eficiente posible. El edificio incluía un gran lujo, un auditorio con capacidad para 200 personas. Si bien los auditorios no son espacios intrínsecamente eficientes, éste sería especialmente compacto con pasillos estrechos para dejar espacio suficiente para insertar el taller de modelos por debajo de éste.
Pero esta compactación plantea otro problema. Sentarse cómodamente en un auditorio requiere de asientos abatibles y los típicos asientos de salas de cine ocupan tanto espacio en los pasillos que la gente no podría pasar fácilmente. Además, los asientos tradicionales son permanentes, pero para mantener el espacio lo más flexible posible necesitamos asientos que puedan ser fácilmente removidos y almacenados en el menor espacio posible.
Como una empresa de diseño, también era importante para nosotros que los asientos complementaran visualmente el espacio. Sus superficies limpias y simples y el uso honesto de los materiales exigían algo elegante y creativo a la vez.
El genio funcional de puentes y columna vertebral
El primer desafío fue la geometría: ¿cómo hacer un asiento que soporte el peso de un adulto, pero desaparece casi por completo cuando no se utiliza? Los asientos típicos tienen al menos 12 centímetros de grosor cuando están cerrados y nuestros pasillos solo permitían 4 cms. Esto descartó las bisagras fuera de plataforma y otros mecanismos de apoyo que fueran voluminosos o demasiado débiles, obligando a los diseñadores a buscar nuevas inspiraciones.
Los dos campos que más se acercaban eran la ingeniería estructural y la anatomía humana. Los puentes y los edificios altos son increíblemente eficientes, ya que soportan un peso enorme con un mínimo de material y en espacios estrictamente limitados. El puente voladizo en particular, es capaz de soportar cargas en lugares de difícil acceso a través de la sincronización cuidadosa de los elementos que soportan la tensión y la compresión.
También se encontró un análogo en la columna vertebral humana. Éstas son delgadas y flexibles pero fuertes, y ofrecen un amplio y libre rango de movimiento. Esto lo hacen mediante el apilamiento de una serie de elementos rígidos – las vértebras – que se unen con ligamentos fuertes pero flexibles.
Lo que estas dos estructuras tienen en común es el uso de elementos gruesos y rígidos para la compresión y elementos delgados y dúctiles para la tensión. Sustituyendo los huesos y fibras por madera y chapa de acero, obtuvimos una estrategia prometedora para la fabricación de una silla en voladizo articulado.
El traspaso de esta visión estructural a una pieza de mobiliario tomo meses de ajustes, dibujos y prototipos. Una serie de tablillas de madera cortadas con un ligero ángulo dan al asiento una graciosa curva cuando está comprimido, y los nichos alternados de los bordes mantienen protegidos los dedos.
Una hoja de acero como resorte, tan delgada que casi desaparece, trabaja junto con la madera para soportar hasta 600 libras. En caso de sobrecarga, se dobla y se estira en lugar de romperse, lo que es mucho más seguro que una silla plegable.
El cojín de espuma de alta densidad proporciona comodidad al sentarse y a la vez permite que todo el asiento se pliegue en un grosor de 4″, manteniendo libre el pasillo y utilizando muy poco espacio cuando se apilan para su almacenamiento.
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