Desde el inicio del proyecto se entendieron las cualidades intrínsecas del terreno; un espacio rectangular de 7,50m x 12,00 m ubicado prácticamente en el corazón de la manzana, con la tipología de viviendas en hilera. El proyecto debía responder a las diversas demandas del cliente, como la luminosidad, una gran piscina extendida en la cubierta, protección al medio ambiente, respeto por la estética de la antigua casa, y poco mantenimiento. Además, las necesidades programáticas superaban ampliamente las posibilidades que el ofrecía el terreno.
Limitados por cuatro medianeras y condicionados por la poca superficie en planta, la premisa de generar un patio interior se torna en el alma del proyecto, espacio a raíz del cual se organiza la vivienda, ordenando los demás espacios de manera vertical ascendente en busca de aire, luz, y visuales privadas, rematando con una piscina sostenida en la cubierta.
La decisión en elección y uso de materiales responde a la misma búsqueda de volcar cada espacio hacia el patio interior de manera completa y honesta, generando una piel interior acristalada y una piel exterior sólida, dando como resultado la idea de un pabellón habitable, mas que una vivienda tradicional.
Llevada al extremo la intención proyectual de generar una piel etérea hacia el patio, las búsquedas estructurales, de tectonicidad y constructivas llevaron a la idea de “hacer desaparecer” la estructura y de este modo lograr la tensión determinada por cierta ingravidez, basada en la idea de una piscina flotante sobre los espacios habitables. Entonces fue fundamental utilizar una estructura mixta, con columnas de hierro que continúan la línea constructiva de sus carpinterías, que claramente se oponen a la volumetría de hormigón armado de marcada presencia visual.
En la búsqueda de una arquitectura de materiales nobles, el hormigón, el hierro y los paños acristalados se ven complementado por la utilización del ladrillo refractario a la vista como material para la tabiquería, logrando así las condiciones estéticas y aislantes deseadas. A su vez se reutilizaron elementos de la vivienda existente que remiten al espíritu original de la propiedad y su tipología.
La materialización de la presencia de luz natural sirvió para estructurar la idea de ingravidez que el volumen de hormigón le otorgó al espacio. Este elemento termina por coser el proyecto que claramente busca siempre una dinámica en corte antepuesta a la estática simetría estructurada en planta.
La circulación de la vivienda esta íntimamente relacionada al patio y sus vistas, recorriéndolo en forma vertical y espiralada. Las vistas hacia el pasillo se encuentran tamizadas por un colchón vegetal provisto por maceteros, gracias a los cuales proporcionan un nivel más de profundidad en dirección al muro medianero de gran escala. La lucarna le otorga la única luz controlada al conjunto, bañando así el muro de ladrillo que enmarca la circulación de los dos niveles.
El programa aparece invertido a lo que tradicionalmente se entiende como espacio público y privado, entendiendo el espacio para habitar diurno y otro nocturno, generando una disposición que va de lo privado en planta baja, a lo público en planta alta. La planta baja contiene dos habitaciones y un hall de acceso cuya funcionalidad además permite ser una extensión de la oficina. La planta alta, busca la luz y las vistas del cielo desde su estar y cocina /comedor, ambos conectados a través de un puente. El recorrido concluye una vez atravesado la circulación exterior que comunica a la primera terraza en desnivel respecto a la segunda.
En corte se verifican la diversidad de alturas proponiendo una dinámica de recorrido continuo y escalonado. La limitante de la dimensión del patio fue el motivo por el cual los niveles de las terrazas difieren. El desarrollo de la escalera hacia la terraza debía responder a proporciones y dimensiones coherentes, esto permitió indirectamente una dinámica de alturas en ambos ambientes y a la vez diferenciar los usos en ambas terrazas. Se intencionó con notoriedad una diferenciación en los solados, donde se verifica la diversidad de actividades en relación al usos de las terrazas, uno más en relación a actividades de vinculo con el interior de la casa y otra como solárium en contacto directo con la piscina.
Se diseñó además el equipamiento de la casa entendiendo que debía cumplir con necesidades mínimas ante la respuesta a la demanda hotelera. Camas móviles que permiten diversas disposiciones, pocos muebles y de líneas simples, realizados con madera paraíso.
Con la intención de mantener el vínculo entre lo pasado y lo presente, se decidió mantener lo disposición original de la casa respetando la planta original y casi con las mismas proporciones. Elementos como puertas de acceso a las habitaciones o el solado de ladrillo, fueron detalles de reminiscencia de la casa anterior. Todos estos elementos vinculados a la utilización del hierro, cristal y hormigón en su forma más pura, sumado a la intervención mínima de sus muros han establecido un equilibrio que hemos buscado en el conjunto.
Arquitectos: HM.A
Área construida:189 m²
Ubicación: Buenos Aires, Argentina
Materialidad: Acero, Hormigón, Ladrillo
Arquitectos: Fernando Hitzig, Leonardo Militello
Colaboradores: Juliana Zorza, Rubén Ruiz, Carmela Zuleta
Calculo Estructural: Ing. Carlos Gandini
Constructor: Estudio HMa
Fotógrafo: Esteban Lobo
Limitados por cuatro medianeras y condicionados por la poca superficie en planta, la premisa de generar un patio interior se torna en el alma del proyecto, espacio a raíz del cual se organiza la vivienda, ordenando los demás espacios de manera vertical ascendente en busca de aire, luz, y visuales privadas, rematando con una piscina sostenida en la cubierta.
La decisión en elección y uso de materiales responde a la misma búsqueda de volcar cada espacio hacia el patio interior de manera completa y honesta, generando una piel interior acristalada y una piel exterior sólida, dando como resultado la idea de un pabellón habitable, mas que una vivienda tradicional.
Llevada al extremo la intención proyectual de generar una piel etérea hacia el patio, las búsquedas estructurales, de tectonicidad y constructivas llevaron a la idea de “hacer desaparecer” la estructura y de este modo lograr la tensión determinada por cierta ingravidez, basada en la idea de una piscina flotante sobre los espacios habitables. Entonces fue fundamental utilizar una estructura mixta, con columnas de hierro que continúan la línea constructiva de sus carpinterías, que claramente se oponen a la volumetría de hormigón armado de marcada presencia visual.
En la búsqueda de una arquitectura de materiales nobles, el hormigón, el hierro y los paños acristalados se ven complementado por la utilización del ladrillo refractario a la vista como material para la tabiquería, logrando así las condiciones estéticas y aislantes deseadas. A su vez se reutilizaron elementos de la vivienda existente que remiten al espíritu original de la propiedad y su tipología.
La materialización de la presencia de luz natural sirvió para estructurar la idea de ingravidez que el volumen de hormigón le otorgó al espacio. Este elemento termina por coser el proyecto que claramente busca siempre una dinámica en corte antepuesta a la estática simetría estructurada en planta.
La circulación de la vivienda esta íntimamente relacionada al patio y sus vistas, recorriéndolo en forma vertical y espiralada. Las vistas hacia el pasillo se encuentran tamizadas por un colchón vegetal provisto por maceteros, gracias a los cuales proporcionan un nivel más de profundidad en dirección al muro medianero de gran escala. La lucarna le otorga la única luz controlada al conjunto, bañando así el muro de ladrillo que enmarca la circulación de los dos niveles.
El programa aparece invertido a lo que tradicionalmente se entiende como espacio público y privado, entendiendo el espacio para habitar diurno y otro nocturno, generando una disposición que va de lo privado en planta baja, a lo público en planta alta. La planta baja contiene dos habitaciones y un hall de acceso cuya funcionalidad además permite ser una extensión de la oficina. La planta alta, busca la luz y las vistas del cielo desde su estar y cocina /comedor, ambos conectados a través de un puente. El recorrido concluye una vez atravesado la circulación exterior que comunica a la primera terraza en desnivel respecto a la segunda.
En corte se verifican la diversidad de alturas proponiendo una dinámica de recorrido continuo y escalonado. La limitante de la dimensión del patio fue el motivo por el cual los niveles de las terrazas difieren. El desarrollo de la escalera hacia la terraza debía responder a proporciones y dimensiones coherentes, esto permitió indirectamente una dinámica de alturas en ambos ambientes y a la vez diferenciar los usos en ambas terrazas. Se intencionó con notoriedad una diferenciación en los solados, donde se verifica la diversidad de actividades en relación al usos de las terrazas, uno más en relación a actividades de vinculo con el interior de la casa y otra como solárium en contacto directo con la piscina.
Se diseñó además el equipamiento de la casa entendiendo que debía cumplir con necesidades mínimas ante la respuesta a la demanda hotelera. Camas móviles que permiten diversas disposiciones, pocos muebles y de líneas simples, realizados con madera paraíso.
Con la intención de mantener el vínculo entre lo pasado y lo presente, se decidió mantener lo disposición original de la casa respetando la planta original y casi con las mismas proporciones. Elementos como puertas de acceso a las habitaciones o el solado de ladrillo, fueron detalles de reminiscencia de la casa anterior. Todos estos elementos vinculados a la utilización del hierro, cristal y hormigón en su forma más pura, sumado a la intervención mínima de sus muros han establecido un equilibrio que hemos buscado en el conjunto.
Arquitectos: HM.A
Área construida:189 m²
Ubicación: Buenos Aires, Argentina
Materialidad: Acero, Hormigón, Ladrillo
Arquitectos: Fernando Hitzig, Leonardo Militello
Colaboradores: Juliana Zorza, Rubén Ruiz, Carmela Zuleta
Calculo Estructural: Ing. Carlos Gandini
Constructor: Estudio HMa
Fotógrafo: Esteban Lobo
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