La asociacion entre un estilo definido, materiales rústicos y piezas de alto valor artístico y artesanal, crean una atmósfera impactante.
Al entrar, se ve el living organizado con sillones de estilo y una gran mesa baja. El sillón negro, el único nuevo, funciona como división para el escritorio
Este bon vivant de estampa imponente y conversación atrapante nació hace algo más de 60 años en Rosario, y en él conviven dos orígenes tan distintos como ricos. Por un lado, la estirpe de una familia de artistas catalanes: su madre era actriz, y su tía, cantante de ópera. De ellas recibió la admiración y la sensibilidad por las bellas artes y el talento para el dibujo. Así, a los 15 años, Franklin ya se ganaba la vida haciendo retratos con carbonilla.
Nüdemberg admira todo tipo de maderas, desde las más costosas hasta las austeras como el pino y siempre en su estado natural
Por otro lado, el pragmatismo de su padre alemán. A él lo siguió en la carrera de Medicina –que lo llevó a vivir en varias ciudades de Europa–, hasta que volcó sus conocimientos en la industria farmacéutica y fue ejecutivo de laboratorios en Italia, Estados Unidos y Brasil.
El talento de Franklin Nüdemberg para el arte y los trabajos artesanales se manifiesta de modo constante en el departamento.
Sobre una de las paredes del comedor, de color rojo intenso, varias pinturas firmadas por él, como el retrato de su abuela, uno de sus seres más queridos.
En el escritorio se lucen la araña comprada en remate y las bibliotecas de madera, material destacado tanto en la decoración como en pisos.
Siguiendo la costumbre renacentista de pintar los techos, en las divisiones aparecen las iniciales de las personas y lugares significativos para el propietario.
En el dormitorio, como en el resto de la casa, impactan las arañas antiguas; al colgarlas, se siguió a pie juntillas una regla de oro.
¿Cuánto expresa un hogar de sus habitantes? En el de Franklin Nüdemberg, sin duda, se da la variante de máxima. Su casa es un espejo fiel, ya que cada rincón tiene una historia francamente cautivante, al igual que sus propias experiencias de vida.
Al entrar, se ve el living organizado con sillones de estilo y una gran mesa baja. El sillón negro, el único nuevo, funciona como división para el escritorio
Este bon vivant de estampa imponente y conversación atrapante nació hace algo más de 60 años en Rosario, y en él conviven dos orígenes tan distintos como ricos. Por un lado, la estirpe de una familia de artistas catalanes: su madre era actriz, y su tía, cantante de ópera. De ellas recibió la admiración y la sensibilidad por las bellas artes y el talento para el dibujo. Así, a los 15 años, Franklin ya se ganaba la vida haciendo retratos con carbonilla.
Nüdemberg admira todo tipo de maderas, desde las más costosas hasta las austeras como el pino y siempre en su estado natural
Por otro lado, el pragmatismo de su padre alemán. A él lo siguió en la carrera de Medicina –que lo llevó a vivir en varias ciudades de Europa–, hasta que volcó sus conocimientos en la industria farmacéutica y fue ejecutivo de laboratorios en Italia, Estados Unidos y Brasil.
El talento de Franklin Nüdemberg para el arte y los trabajos artesanales se manifiesta de modo constante en el departamento.
Padre de seis hijas a quienes adora, su departamento refleja el deseo de estar en contacto permanente, también, con los objetos que ama: las pinturas que llevan su firma, los muebles de estilo heredados o comprados en remate, géneros atesorados por años y ornamentos hechos con sus propias manos.
Aquí, donde el sol se cuela por las ventanas para potenciar la calidez de la madera y mezclarse con la música clásica, este hombre de espíritu barroco, amante de la decoración y la arquitectura, encontró su nido.
Aquí, donde el sol se cuela por las ventanas para potenciar la calidez de la madera y mezclarse con la música clásica, este hombre de espíritu barroco, amante de la decoración y la arquitectura, encontró su nido.
Sobre una de las paredes del comedor, de color rojo intenso, varias pinturas firmadas por él, como el retrato de su abuela, uno de sus seres más queridos.
En el escritorio se lucen la araña comprada en remate y las bibliotecas de madera, material destacado tanto en la decoración como en pisos.
Siguiendo la costumbre renacentista de pintar los techos, en las divisiones aparecen las iniciales de las personas y lugares significativos para el propietario.
En el dormitorio, como en el resto de la casa, impactan las arañas antiguas; al colgarlas, se siguió a pie juntillas una regla de oro.
Comentarios
Publicar un comentario