Esta silla, desarrollada por el austriaco Thomas Feichtner especialmente para la presentación de Neue Wiener Werkstätte en el Vienna Design Week 2011, exhibe una liviana y etérea estructura de madera. La pieza no sólo pone en evidencia la tensión entre abiertos y cerrados, pesado y ligero, superficie y línea, y la producción en masa o la pieza única, sino también una simbiosis entre el diseño tradicional de mano de obra y el diseño contemporáneo.
Con una superficie de asiento flotando dentro de la estructura y las patas extendiéndose hacia los lados, la silla M3 no es ciertamente una silla que ahorra espacio, sino por el contrario, arma y crea un nuevo espacio; es sólo a través de la silla que el espacio abierto se define. Sus dimensiones que alcanzan 1m3, apuesta por una manera consciente de apropiarse del espacio propio de una persona.
Liberado de la demanda normal que tiene un elemento de producción masiva, este diseño experimenta con la funcionalidad, la ingeniería estructural y los materiales. Tanto la espalda como los brazos son un resultado de la construcción, y cuya función solo se descubrió a través del uso real.
La silla está hecha de un único material: madera de roble. Esta elección consciente se remonta a la tradición de los trabajos en talleres de madera. La madera hace de la liviana construcción de la silla un experimento estático que solo puede alcanzar el éxito en una pieza única y hecha a mano.
Con una superficie de asiento flotando dentro de la estructura y las patas extendiéndose hacia los lados, la silla M3 no es ciertamente una silla que ahorra espacio, sino por el contrario, arma y crea un nuevo espacio; es sólo a través de la silla que el espacio abierto se define. Sus dimensiones que alcanzan 1m3, apuesta por una manera consciente de apropiarse del espacio propio de una persona.
Liberado de la demanda normal que tiene un elemento de producción masiva, este diseño experimenta con la funcionalidad, la ingeniería estructural y los materiales. Tanto la espalda como los brazos son un resultado de la construcción, y cuya función solo se descubrió a través del uso real.
La silla está hecha de un único material: madera de roble. Esta elección consciente se remonta a la tradición de los trabajos en talleres de madera. La madera hace de la liviana construcción de la silla un experimento estático que solo puede alcanzar el éxito en una pieza única y hecha a mano.
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