Al inicio del proyecto, la arquitecta y diseñadora Laura Ortín (LOdiseñaLO) se encontró con una casa con más de 50 años de antigüedad, auto-construida por la propia familia del cliente con materiales del entorno y técnicas algo inventadas. Sus gruesos muros de carga se habían levantado con piedra y adobe, y las cubiertas a dos y cuatro aguas se habían formado con vigas de madera y teja plana alicantina.
A lo largo de su más de medio siglo de vida, la vivienda había sufrido varias ampliaciones sin una relación funcional con la edificación original. Además, como las cubiertas no eran estancas se colocaron falsos techos de escayola que habían reducido considerablemente la altura de todas las estancias.
Como explica la arquitecta, la reforma se planteó, desde “la absoluta economicidad, como una pequeña adición de pequeños lujos apelando a la memoria, que no al recuerdo, y a la idea de folclore y tradición desde una demosofía más digna e, incluso, más austera”.
Laura Ortín acometió la rehabilitación llevando a cabo diferentes actuaciones que mejorarían la vida de los habitantes de la casa. Se eliminaron los elementos superfluos en la fachada y las rejas se cambiaron por una combinación de veneciana de madera con un trasdós de hierro, se realizó un forjado sanitario, se impermeabilizaron los muros perimetrales y se sustituyeron las vigas de madera reviradas o carcomidas por otras nuevas.
Además, la sustitución de los muros centrales por una estructura metálica más liviana permitió liberar el patio existente de su condición opaca y hermética, generando un espacio más orgánico y transparente que permitiera la fluidez y el intercambio de usos. La casa, continúa explicando, “se desarrolla desde un pluralismo organizativo y equidad de espacios” atendiendo a la idea de que “las nuevas familias forman nodos de vida peculiares y propios”.
En la vivienda, se respira una economía de medios que se resuelve a través de la atención al detalle y el reciclaje al mantener las tejas originales o al recuperar las vigas de madera para fabricar tres mesas bajo la unidad de la vivienda. Una unidad que trasciende a la uniformidad de los suelos claros de resina, la madera de pino en autoclave para la fachada o el hierro lacado para las escaleras. Materiales en cierto modo austeros, aunque no exentos de cierta calidez.
En un espacio sin pasillos y donde se diluye el concepto de la casa-patio para convertirse en una casa con patio, todos los muebles han sido diseñados con “los mismos criterios funcionales y materiales de democracia y funcionalidad”. Sin embargo, las tres contundentes mesas del estar, el comedor y la cocina tienen un diseño más orgánico y delicado, justo para el espacio al que iban a pertenecer desde la optimización y el posible canje de usos.
Proyecto: Casa Demo.
Localización: Huerta de Murcia (Murcia / España).
Año: 2013.
Diseño: Laura Ortín (LOdiseñaLO).
Superficie: 230 m2.
Fotografías: Deseo Márquez (www.deseomarquez.com)
via: www.interioresminimalistas.com
A lo largo de su más de medio siglo de vida, la vivienda había sufrido varias ampliaciones sin una relación funcional con la edificación original. Además, como las cubiertas no eran estancas se colocaron falsos techos de escayola que habían reducido considerablemente la altura de todas las estancias.
Como explica la arquitecta, la reforma se planteó, desde “la absoluta economicidad, como una pequeña adición de pequeños lujos apelando a la memoria, que no al recuerdo, y a la idea de folclore y tradición desde una demosofía más digna e, incluso, más austera”.
Laura Ortín acometió la rehabilitación llevando a cabo diferentes actuaciones que mejorarían la vida de los habitantes de la casa. Se eliminaron los elementos superfluos en la fachada y las rejas se cambiaron por una combinación de veneciana de madera con un trasdós de hierro, se realizó un forjado sanitario, se impermeabilizaron los muros perimetrales y se sustituyeron las vigas de madera reviradas o carcomidas por otras nuevas.
Además, la sustitución de los muros centrales por una estructura metálica más liviana permitió liberar el patio existente de su condición opaca y hermética, generando un espacio más orgánico y transparente que permitiera la fluidez y el intercambio de usos. La casa, continúa explicando, “se desarrolla desde un pluralismo organizativo y equidad de espacios” atendiendo a la idea de que “las nuevas familias forman nodos de vida peculiares y propios”.
En la vivienda, se respira una economía de medios que se resuelve a través de la atención al detalle y el reciclaje al mantener las tejas originales o al recuperar las vigas de madera para fabricar tres mesas bajo la unidad de la vivienda. Una unidad que trasciende a la uniformidad de los suelos claros de resina, la madera de pino en autoclave para la fachada o el hierro lacado para las escaleras. Materiales en cierto modo austeros, aunque no exentos de cierta calidez.
En un espacio sin pasillos y donde se diluye el concepto de la casa-patio para convertirse en una casa con patio, todos los muebles han sido diseñados con “los mismos criterios funcionales y materiales de democracia y funcionalidad”. Sin embargo, las tres contundentes mesas del estar, el comedor y la cocina tienen un diseño más orgánico y delicado, justo para el espacio al que iban a pertenecer desde la optimización y el posible canje de usos.
Proyecto: Casa Demo.
Localización: Huerta de Murcia (Murcia / España).
Año: 2013.
Diseño: Laura Ortín (LOdiseñaLO).
Superficie: 230 m2.
Fotografías: Deseo Márquez (www.deseomarquez.com)
via: www.interioresminimalistas.com
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