Su distribución flexible supone todo un acierto junto con su interiorismo actual, donde el diseño depurado convive con la madera y los detalles coloristas.
En el salón-comedor, las paredes y el techo blancos componen un escenario inmaculado donde el mobiliario de madera y las pinceladas de colores rojo, rosa y naranja cobran mayor relieve. Al fondo, una puerta corredera, que se mimetiza con la pared, separa este espacio de la cocina.
La unión de dos viviendas es el origen de esta casa familiar. Un cambio así precisaba una reforma integral y la intervención de profesionales. Por eso, los propietarios confiaron en la experiencia del estudio Dai10 arquitectura + interiorismo. Con el arquitecto Alejandro von Waberer y la interiorista, Isabel Jover, ambos del estudio, decidieron la nueva distribución, las instalaciones, los materiales, la carpintería, la iluminación y… comenzó la obra, ejecutada por Construcciones Antonio Cayuela.
El punto de partida fue la demolición de la tabiquería interior, lo que les permitió realizar una distribución completamente distinta, con tabiques de Pladur, y un falso techo del mismo material con aislamiento de lana de roca. Al unir las dos viviendas se actuó de forma que toda la casa se comunicara entre sí, formando un círculo en torno al volumen central, ocupado por las escaleras y el ascensor del edificio. Por ello, es posible dar la vuelta a todo el piso, pero también cada zona se puede independizar del resto mediante puertas correderas de grandes dimensiones, con guías Klein.
Las célebres sillas CH 24, creadas por el danés Hans J. Wegner en 1949, aportan con su escultórico diseño máximo interés visual y un plus de naturalidad.
Los materiales se eligieron en función de los deseos de los dueños, que querían una decoración limpia y de líneas depuradas. Por ello, toda la carpintería —puertas, armarios, librería del salón y muebles de cocina y baño— es de DM laqueado en blanco, y su frente es liso, sin moldura alguna. En paredes se optó por el blanco también, y para el suelo, una tarima de madera multicapa de roble con lamas anchas, de 26 cm, y canto pulido.
La intensidad del rojo, bien dosificado sin llegar a la saturación, convierte la serena zona de estar en un ambiente con mucho más carácter.
Esa combinación de blanco y roble armoniza con el mobiliario de madera y con detalles coloristas, con impacto visual en la decoración, como los cojines y las alfombras en el salón o la colcha en el dormitorio principal. Este último, donde se aprecia el buen hacer del estudio Dai10, se planteó como una suite, con vestidor y salita de estar, e incorpora un cuarto de baño, proyectado como un mini balneario, bien equipado y con un porcelánico beige de gran formato, de junta casi invisible.
Cocina en contraste. En su apuesta total white, una única excepción: el pavimento negro con piezas de gran formato que rompe la uniformidad cromática, matiza la intensa luminosidad y delimita el área de trabajo.
Cocina con dos ambientes. Después de la reforma, la cocina es un espacio amplio, con dos zonas. En la más luminosa, por su acceso directo a la terraza, está el comedor de diario, con un gran armario aparador y despensa. En el interior, el área de trabajo, con muebles distribuidos en forma de U.
Cada escritorio cuenta con un ventanal propio y máxima luminosidad. Entre ambos se colocó una librería para separarlos y crear dos zonas de estudio, lo que facilita la concentración.
Estampados en un mix de colores imprimen en el dormitorio una sorprendente dosis de vitalidad. El toque vintage: la pareja de sillones y los querubines en la pared.
El baño es un ambiente límpido donde el porcelánico beis con sus múltiples matices transmite sensación de naturalidad.
El espejo de pared a pared y la encimera sintética de Corian, sin juntas, encajan a la perfección en la estética depurada del baño. La simetría del conjunto destila elegancia. Mueble de lavabo, diseño del estudio Dai10
Via:www.micasarevista.com
En el salón-comedor, las paredes y el techo blancos componen un escenario inmaculado donde el mobiliario de madera y las pinceladas de colores rojo, rosa y naranja cobran mayor relieve. Al fondo, una puerta corredera, que se mimetiza con la pared, separa este espacio de la cocina.
La unión de dos viviendas es el origen de esta casa familiar. Un cambio así precisaba una reforma integral y la intervención de profesionales. Por eso, los propietarios confiaron en la experiencia del estudio Dai10 arquitectura + interiorismo. Con el arquitecto Alejandro von Waberer y la interiorista, Isabel Jover, ambos del estudio, decidieron la nueva distribución, las instalaciones, los materiales, la carpintería, la iluminación y… comenzó la obra, ejecutada por Construcciones Antonio Cayuela.
El punto de partida fue la demolición de la tabiquería interior, lo que les permitió realizar una distribución completamente distinta, con tabiques de Pladur, y un falso techo del mismo material con aislamiento de lana de roca. Al unir las dos viviendas se actuó de forma que toda la casa se comunicara entre sí, formando un círculo en torno al volumen central, ocupado por las escaleras y el ascensor del edificio. Por ello, es posible dar la vuelta a todo el piso, pero también cada zona se puede independizar del resto mediante puertas correderas de grandes dimensiones, con guías Klein.
Las célebres sillas CH 24, creadas por el danés Hans J. Wegner en 1949, aportan con su escultórico diseño máximo interés visual y un plus de naturalidad.
Los materiales se eligieron en función de los deseos de los dueños, que querían una decoración limpia y de líneas depuradas. Por ello, toda la carpintería —puertas, armarios, librería del salón y muebles de cocina y baño— es de DM laqueado en blanco, y su frente es liso, sin moldura alguna. En paredes se optó por el blanco también, y para el suelo, una tarima de madera multicapa de roble con lamas anchas, de 26 cm, y canto pulido.
La intensidad del rojo, bien dosificado sin llegar a la saturación, convierte la serena zona de estar en un ambiente con mucho más carácter.
Esa combinación de blanco y roble armoniza con el mobiliario de madera y con detalles coloristas, con impacto visual en la decoración, como los cojines y las alfombras en el salón o la colcha en el dormitorio principal. Este último, donde se aprecia el buen hacer del estudio Dai10, se planteó como una suite, con vestidor y salita de estar, e incorpora un cuarto de baño, proyectado como un mini balneario, bien equipado y con un porcelánico beige de gran formato, de junta casi invisible.
Cocina en contraste. En su apuesta total white, una única excepción: el pavimento negro con piezas de gran formato que rompe la uniformidad cromática, matiza la intensa luminosidad y delimita el área de trabajo.
Cocina con dos ambientes. Después de la reforma, la cocina es un espacio amplio, con dos zonas. En la más luminosa, por su acceso directo a la terraza, está el comedor de diario, con un gran armario aparador y despensa. En el interior, el área de trabajo, con muebles distribuidos en forma de U.
Cada escritorio cuenta con un ventanal propio y máxima luminosidad. Entre ambos se colocó una librería para separarlos y crear dos zonas de estudio, lo que facilita la concentración.
Estampados en un mix de colores imprimen en el dormitorio una sorprendente dosis de vitalidad. El toque vintage: la pareja de sillones y los querubines en la pared.
El baño es un ambiente límpido donde el porcelánico beis con sus múltiples matices transmite sensación de naturalidad.
El espejo de pared a pared y la encimera sintética de Corian, sin juntas, encajan a la perfección en la estética depurada del baño. La simetría del conjunto destila elegancia. Mueble de lavabo, diseño del estudio Dai10
Via:www.micasarevista.com
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