El arquitecto belga Pascal Bilquin y el estudio de arquitectura interior también belga Minus son los artífices de esta minimalista vivienda, donde el color blanco, las formas simples y las líneas rectas se convierten en los ejes vertebradores del proyecto. Estos ejes responden a las dos principales demandas expuestas por los propietarios de esta casa de nueva construcción: blanca y limpia.
Partiendo de estas dos premisas, se ha proyectado una vivienda completamente blanca y homogénea, en la que las concesiones al color son mínimas. Sólo algunos elementos del mobiliario debido su tono oscuro, la ropa de cama o el cuadro de grandes dimensiones destacan puntualmente dentro de esta caja blanca.
El programa funcional se ha distribuido en dos frentes paralelos de forma rectangular. En uno de ellos, se desarrolla la parte más pública de la vivienda: el salón, el comedor y la cocina comparten un espacio común sin barreras, donde es el mobiliario quien ayuda a establecer las diferentes zonas.
En los muebles de cocina se ha prescindido de cualquier tipo de tirador, dando lugar a volúmenes muy limpios. La isla, donde se ha situado la zona de lavado, tiene el frente que da directamente al comedor más alto que el plano de trabajo para proporcionar un poco de privacidad a esta zona.
El área de la sala de estar se ha dispuesto de manera que disfruta de las vistas al jardín y a la piscina, a través de un frente de amplias cristaleras. En este espacio, la chimenea se perfila como un volumen horizontal negro que se recorta claramente sobre la pared.
En la otra mitad de la planta, se han ubicado el dormitorio principal, que dispone de baño privado, y una zona de vestidor detrás del cabecero de la cama, dos habitaciones y otro baño.
Los baños se han diseñado también en blanco, tanto el equipamiento como el almacenaje, los sanitarios, el lavamanos y la bañera. No existe cambio de pavimento en estas estancias, donde se utiliza el mismo revestimiento de madera de color clara y lama ancha que en el resto de la casa. Aquí, también se disfruta de las vistas al exterior y de la luz que baña toda la casa.
Un juego de paneles permite que la planta pueda alterar su aspecto, cerrando o abriendo algunos de los espacios al mismo tiempo que se crean diferentes perspectivas.
Las zonas de almacenamiento se han integrado limpiamente en el perímetro de las paredes e incluso a algunas de ellas puede accederse desde el lateral para evitar las típicas líneas en la cara frontal. Todo un ejercicio de cuidados detalles que hacen de esta vivienda un espacio limpio y blanco tal como desearon desde el principio sus propietarios.
Via:www.interioresminimalistas.com
Partiendo de estas dos premisas, se ha proyectado una vivienda completamente blanca y homogénea, en la que las concesiones al color son mínimas. Sólo algunos elementos del mobiliario debido su tono oscuro, la ropa de cama o el cuadro de grandes dimensiones destacan puntualmente dentro de esta caja blanca.
El programa funcional se ha distribuido en dos frentes paralelos de forma rectangular. En uno de ellos, se desarrolla la parte más pública de la vivienda: el salón, el comedor y la cocina comparten un espacio común sin barreras, donde es el mobiliario quien ayuda a establecer las diferentes zonas.
En los muebles de cocina se ha prescindido de cualquier tipo de tirador, dando lugar a volúmenes muy limpios. La isla, donde se ha situado la zona de lavado, tiene el frente que da directamente al comedor más alto que el plano de trabajo para proporcionar un poco de privacidad a esta zona.
El área de la sala de estar se ha dispuesto de manera que disfruta de las vistas al jardín y a la piscina, a través de un frente de amplias cristaleras. En este espacio, la chimenea se perfila como un volumen horizontal negro que se recorta claramente sobre la pared.
En la otra mitad de la planta, se han ubicado el dormitorio principal, que dispone de baño privado, y una zona de vestidor detrás del cabecero de la cama, dos habitaciones y otro baño.
Los baños se han diseñado también en blanco, tanto el equipamiento como el almacenaje, los sanitarios, el lavamanos y la bañera. No existe cambio de pavimento en estas estancias, donde se utiliza el mismo revestimiento de madera de color clara y lama ancha que en el resto de la casa. Aquí, también se disfruta de las vistas al exterior y de la luz que baña toda la casa.
Un juego de paneles permite que la planta pueda alterar su aspecto, cerrando o abriendo algunos de los espacios al mismo tiempo que se crean diferentes perspectivas.
Las zonas de almacenamiento se han integrado limpiamente en el perímetro de las paredes e incluso a algunas de ellas puede accederse desde el lateral para evitar las típicas líneas en la cara frontal. Todo un ejercicio de cuidados detalles que hacen de esta vivienda un espacio limpio y blanco tal como desearon desde el principio sus propietarios.
Via:www.interioresminimalistas.com
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