La Casa Montblanc fue encargada por una familia de cuatro personas, un matrimonio con dos hijos. El terreno está rodeado por casas existentes en tres de sus lados y está ubicado en un tranquilo barrio residencial de baja altura, permitiendo todavía tener buenas vistas de las montañas a lo lejos.
Uno de los desafíos del proyecto fue responder a las casas vecinas, que tenían una gran cantidad de ventanas orientadas hacia el terreno. Los arquitectos debieron estudiar la manera de crear un espacio abierto en un sitio más bien encerrado.
Se pensó entonces en un techo inclinado que conforma un exterior abierto y continuo, desde el primer al tercer piso. Cinco grandes aperturas en este techo entregan luz natural y ventilación al interior, además de impresionantes vistas del entorno. Las ventanas, como vacíos sin marcos, tienen una escala totalmente diferente a la de las casas vecinas; fueron ampliadas.
Este exterior – interior se diseñó para generar la sensación de estar dentro de un bosque: permite el paso del viento, los sonidos de la naturaleza y las vistas hacia el cielo abierto, que aparecen de vez en cuando.
Entre la “espesura”, aparecen también puntos de vistas de la ciudad a los pies de la montaña. Esto se potencia aún más a través de los ángulos y alturas, ya que los “exteriores” que cruzan los tres niveles están interconectados.
De esta manera se logró crear un lugar para este tipo de experiencias únicas, en medio de una zona residencial llena de gente, permitiendo olvidar a veces la existencia de las casas vecinas.
Arquitectos: Studio Velocity
Año de la Obra:2009
Ubicación:Japón
Fotógrafo: Kentaro Kurihara
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