Una cabaña con verde permanente y aire de mar
A pocos metros de la playa se encuentra esta propuesta, con aires de Punta del Este pero en Mar de las Pampas
Sobre un proyecto largamente meditado por la familia Silveyra, el arquitecto Leónidas Bochieri se puso al frente de esta obra en Mar de las Pampas.
"No quería una casa para pintar, comenta María Silveyra, y me gustaron estos ladrillos de Mendoza que me propuso el arquitecto, más grandes de lo normal y más claros, por lo que no resulta pesada la mezcla de materiales".
En el living, sillones heredados con fundas rodean una mesa art nouveau (Antigüedades Omar Bouvier). Junto a la silla matera (Casa de Campo), banqueta de cuero (Pontevedra) con un aguayo jujeño.
Esta casa en Mar de las Pampas es fruto de un largo anhelo y, por eso mismo, concreta con precisión lo que durante mucho tiempo fue un alegre ejercicio de la fantasía.
"Entre todos los Silveyra la bautizamos "La Embestida", porque está realmente enclavada en el bosque." Su estilo recrea los gustos de sus dueños, que tienen una debilidad por el provenzal y por la arquitectura prevaleciente en Punta del Este.
"Es un verdadero mix -recalca María Silveyra- por la presencia de las pérgolas de palos unidas a las piedras colocadas en forma de pirca, los postigos y las puertas de cedro. A pesar de la variedad de texturas, la casa tiene algo de despojado, como su entorno agreste, que a mí me parece tan escenográfico".
Uno de los logros del proyecto, aunque la casa no alcanza los 150m, es el desahogo que se percibe en sus ambientes; en planta baja, completamente integrados. "Tengo la teoría de que siempre hay que hacer grandes el living y el cuarto principal , porque eso es lo que marca el tono y transmite esa agradable sensación de amplitud".
Cuando tiene que hablar de los aspectos que más se disfrutan en esta casa tan personal, la propietaria menciona, sin vacilar, el amplio deck de pino Brasil al que se abre el living-comedor.
"Prácticamente vivimos ahí. La verdad es que nuestras playas son muy ventosas y, al estar a menos de una cuadra del mar, se hacía muy fácil venir a descansar un rato del viento y del sol a la sombra de los pinos".
También se entusiasma hablando de la terraza en planta alta, con pérgola de troncos, un lugar para disfrutar de la serenidad de las noches estrelladas y, durante el día, mirar sin ser visto, en este privilegiado lote con sólo un vecino y repleto de árboles. Y hablando de vista, la dueña de casa se reconoce poco afecta a las cortinas: "Ahí nadie te ve, así que, a excepción de las de tipo romano que pusimos en nuestro cuarto para mitigar un poco la luz de la mañana, no hay otras. Es que si algo nos fascinó de este lugar es su entorno tan escenográfico, de una calidad despojada y agreste que quisimos repetir en la ambientación, además de gozar de modo cotidiano."
A pocos metros de la playa se encuentra esta propuesta, con aires de Punta del Este pero en Mar de las Pampas
Sobre un proyecto largamente meditado por la familia Silveyra, el arquitecto Leónidas Bochieri se puso al frente de esta obra en Mar de las Pampas.
A sólo 30 metros del mar, un médano la cierra en un lote densamente poblado de pinos. Y es una digna casa de bosque, cálida a pesar de la sencillez de la decoración.
"No quería una casa para pintar, comenta María Silveyra, y me gustaron estos ladrillos de Mendoza que me propuso el arquitecto, más grandes de lo normal y más claros, por lo que no resulta pesada la mezcla de materiales".
En el living, sillones heredados con fundas rodean una mesa art nouveau (Antigüedades Omar Bouvier). Junto a la silla matera (Casa de Campo), banqueta de cuero (Pontevedra) con un aguayo jujeño.
Esta casa en Mar de las Pampas es fruto de un largo anhelo y, por eso mismo, concreta con precisión lo que durante mucho tiempo fue un alegre ejercicio de la fantasía.
"Entre todos los Silveyra la bautizamos "La Embestida", porque está realmente enclavada en el bosque." Su estilo recrea los gustos de sus dueños, que tienen una debilidad por el provenzal y por la arquitectura prevaleciente en Punta del Este.
"Es un verdadero mix -recalca María Silveyra- por la presencia de las pérgolas de palos unidas a las piedras colocadas en forma de pirca, los postigos y las puertas de cedro. A pesar de la variedad de texturas, la casa tiene algo de despojado, como su entorno agreste, que a mí me parece tan escenográfico".
Uno de los logros del proyecto, aunque la casa no alcanza los 150m, es el desahogo que se percibe en sus ambientes; en planta baja, completamente integrados. "Tengo la teoría de que siempre hay que hacer grandes el living y el cuarto principal , porque eso es lo que marca el tono y transmite esa agradable sensación de amplitud".
Cuando tiene que hablar de los aspectos que más se disfrutan en esta casa tan personal, la propietaria menciona, sin vacilar, el amplio deck de pino Brasil al que se abre el living-comedor.
"Prácticamente vivimos ahí. La verdad es que nuestras playas son muy ventosas y, al estar a menos de una cuadra del mar, se hacía muy fácil venir a descansar un rato del viento y del sol a la sombra de los pinos".
También se entusiasma hablando de la terraza en planta alta, con pérgola de troncos, un lugar para disfrutar de la serenidad de las noches estrelladas y, durante el día, mirar sin ser visto, en este privilegiado lote con sólo un vecino y repleto de árboles. Y hablando de vista, la dueña de casa se reconoce poco afecta a las cortinas: "Ahí nadie te ve, así que, a excepción de las de tipo romano que pusimos en nuestro cuarto para mitigar un poco la luz de la mañana, no hay otras. Es que si algo nos fascinó de este lugar es su entorno tan escenográfico, de una calidad despojada y agreste que quisimos repetir en la ambientación, además de gozar de modo cotidiano."
sencillamente ... natural, agreste, solitario, ideal para la creacion intelectual ... o el dejarse estar.
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