Una manera poco difundida pero muy eficiente para disminuir el consumo de electricidad, es la aislación térmica de los muros mediante construcción en seco.
Es conocido que las lámparas de bajo consumo gastan cinco veces menos que las incandescentes. Pero hay otra forma menos difundida de disminuir significativamente el consumo de electricidad: aislando térmicamente los edificios.
Las casas absorben un tercio del consumo eléctrico y el 60% de la electricidad se genera en base a gas natural, fuel oil y gasoil, recursos no renovables. Hay dos factores determinantes en el consumo residencial: la iluminación artificial y el uso de aparatos eléctricos de calefacción y refrigeración.
Por esta razon, la importancia de reemplazar las lámparas incandescentes por las de bajo consumo.
En cuanto al alto consumo eléctrico de calefactores y aire acondicionados, que hacen subir fuertemente la demanda los días muy fríos o muy cálidos, el aislamiento térmico tiene un importante papel que cumplir. La construcción en seco ofrece recursos para prevenir las pérdidas térmicas y mantener por más tiempo la temperatura interior.
Esto no sólo redunda en ahorro de electricidad y combustibles fósiles, también permite recurrir a equipos de calefacción y refrigeración de menor potencia.
Se trata de revestir el interior de los muros perimetrales de un edificio con un aislante térmico y placas de yeso.
¿Cuál es el procedimiento?
Sobre el muro de ladrillo o de hormigón se atornillan perfiles de acero galvanizado en los que se montarán las placas.
Enmarcado por la estructura de metal, se coloca el aislante térmico: lana de vidrio, lana de roca o aislantes proyectados.
Luego se aplica un film de polietileno como barrera de vapor, para evitar condensaciones. Y finalmente se instala la placa de yeso, lista para pintar.
Por otro lado, el núcleo de yeso de las placas es un material que funciona como regulador natural de la humedad.
El costo de este sistema es menor que el procedimiento de revoque grueso y fino,o el acabado tradicional.
Puede aplicarse tanto en obras nuevas como en construcciones preexistentes, con costo similar. En el caso de obras nuevas reemplaza al revoque tradicional y produce un ahorro de 5%. A estas ventajas adicionales debe agregarse la ínfima producción de escombros.
La aplicación se recomienda para muros perimetrales que dan al exterior: En éstos no solo se logra aislación térmica y se controla a pérdida de temperatura: también se evitan problemas de condensación interior.
Aplicado a muros internos el sistema permite que cada ambiente alcance buena aislación y temperatura constante.
El sistema brinda, además, mejor aislamiento acústico y resuelve con éxito problemas de los muros existentes, como ondulaciones, fuera de plomo y falsas escuadras.
Es conocido que las lámparas de bajo consumo gastan cinco veces menos que las incandescentes. Pero hay otra forma menos difundida de disminuir significativamente el consumo de electricidad: aislando térmicamente los edificios.
Las casas absorben un tercio del consumo eléctrico y el 60% de la electricidad se genera en base a gas natural, fuel oil y gasoil, recursos no renovables. Hay dos factores determinantes en el consumo residencial: la iluminación artificial y el uso de aparatos eléctricos de calefacción y refrigeración.
Por esta razon, la importancia de reemplazar las lámparas incandescentes por las de bajo consumo.
En cuanto al alto consumo eléctrico de calefactores y aire acondicionados, que hacen subir fuertemente la demanda los días muy fríos o muy cálidos, el aislamiento térmico tiene un importante papel que cumplir. La construcción en seco ofrece recursos para prevenir las pérdidas térmicas y mantener por más tiempo la temperatura interior.
Esto no sólo redunda en ahorro de electricidad y combustibles fósiles, también permite recurrir a equipos de calefacción y refrigeración de menor potencia.
Se trata de revestir el interior de los muros perimetrales de un edificio con un aislante térmico y placas de yeso.
¿Cuál es el procedimiento?
Sobre el muro de ladrillo o de hormigón se atornillan perfiles de acero galvanizado en los que se montarán las placas.
Enmarcado por la estructura de metal, se coloca el aislante térmico: lana de vidrio, lana de roca o aislantes proyectados.
Luego se aplica un film de polietileno como barrera de vapor, para evitar condensaciones. Y finalmente se instala la placa de yeso, lista para pintar.
Por otro lado, el núcleo de yeso de las placas es un material que funciona como regulador natural de la humedad.
El costo de este sistema es menor que el procedimiento de revoque grueso y fino,o el acabado tradicional.
Puede aplicarse tanto en obras nuevas como en construcciones preexistentes, con costo similar. En el caso de obras nuevas reemplaza al revoque tradicional y produce un ahorro de 5%. A estas ventajas adicionales debe agregarse la ínfima producción de escombros.
La aplicación se recomienda para muros perimetrales que dan al exterior: En éstos no solo se logra aislación térmica y se controla a pérdida de temperatura: también se evitan problemas de condensación interior.
Aplicado a muros internos el sistema permite que cada ambiente alcance buena aislación y temperatura constante.
El sistema brinda, además, mejor aislamiento acústico y resuelve con éxito problemas de los muros existentes, como ondulaciones, fuera de plomo y falsas escuadras.
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