Un camino de granza recorre uno de los laterales del jardín, con hipéricos que lo escoltan.
El contexto
El desafío comprendía lidiar con suelos de relleno, un importante desnivel del terreno, vientos fuertes y heladas, y a su vez lograr cierta privacidad sin quitarle protagonismo a la laguna. A su vez, la arquitectura de la casa debía ser contenida en el espacio aéreo con árboles.
Detalle de uno de los ejes de plantación, con abundantes carex contenidos por listones de madera.
La propuesta y la realización
Todos los espacios verdes se trabajaron acompañando el diseño arquitectónico y creando diferentes situaciones dentro del mismo jardín.
Para enmarcar la casa se eligieron árboles piramidales perennes, que crecen bien en estos suelos: cupresus stricta, junto con dos brachichitos y un jacarandá.
El importante frente de la casa da la sensación de que se lo puede disfrutar como un patio para la contemplación. Cuenta con una fuente moderna de piedra montada en dos únicas piezas, con un chorro de agua bajo, permanente, desbordando al piso de piedra moneda con azulejos que decoran las esquinas.
Un banco sólido y macizo de piedra granito pesado está acompañado por dos cipreses a cada lado. Un cerco de eugenias forma la espalda y una balaustrada. Los agapantus azules que se plantaron afuera del patio cumplen el deseo de los clientes, que es sentarse todas las mañanas a contemplar el paisaje. Tanto el cerco perimetral como los árboles pasaron por recambio de tierra negra y humus de lombriz con fertilizantes de liberación lenta.
Como cerco de bajo mantenimiento se plantaron especies adaptables a estos suelos y a las condiciones climáticas, como oleas texanas, laureles blancos, eugenias, cotoneaster rastreros y trepadoras con perfume, jazmín de leche, jazmín de Madagascar, poliantha, azóricos y handerbergias.
Los sectores laterales de la casa se trataron como pasillos, creando puntos focales con especies de sombra y media sombra como strelitzias, calas, ruellias y una camelia blanca. Un camino de quebrachos sobre el césped invita a ingresar en el sector del jardín propiamente dicho, que se divide por un eje marcado por el muelle.
Los agapantos enmarcan el patio, sector de descanso.
Las especies plantadas –caña enana, penisetum rubra, papiros y verbenas violetas– junto con dos brachichitos visten este sector que culmina en un salix babilónica.
Un sector de descanso contiene un banco de quebracho rodeado de jazmines del Cabo, salvias leucanta, salvias guaraníticas, violetas y handerbergias, más el jacarandá de donde surge un camino de granza color crema con descansos en listones de madera.
La diferencia de niveles del parque se resolvió con terrazas contenidas por listones de quebracho, creando tres niveles.
Los agapantos azules contrastan con el color de la casa. Más atrás, los cipreses piramidales actúan como ejes verticales.
En el primer nivel del aterrazamiento de los canteros se plantaron jazmines del Cabo, lirios germánicos de color lila y blanco, dietes, hipéricos, éricas lilas y hemerocalis amarillos.
En el segundo, carex broncina con hemerocalis amarillos, gauras, tulbagias lilas y bulbines amarillos. Y en el último, penisetum rupeli y hemerocalis rojos que, junto con los hipéricos son las especies de mayor altura.
La escalera que conduce al muelle está iluminada con luz suave, escondida entre los quebrachos y nandinas enanas que enmarcan los diferentes niveles. Al final del recorrido, se divisan los Iris louisiana e Iris pseudacorus amarillos.
Los macizos de plantas a diferentes alturas y con marcadas texturas envuelven la construcción.
Para que los dueños de casa tuvieran más privacidad en el jardín, se plantaron cotoneaster rastreros, logrando de esta forma ocultar al vecino sin perder la profundidad de la laguna.
La galería cuenta con una pérgola de eucaliptos en la que se apoya una Santa Rita bordó junto a dos importantes macetas de terracota con camelias a tono con la casa. La terraza es simple, vestida con macetas con formios bordó y geranios en pailas.
Las floraciones exponen todos sus colores: el rojo vibrante de los hemerocalis, el rosado de los penisetum, los pétalos blancos de las gauras.
Obra: Jardín privado
Lugar: Tigre
Proyecto de paisajismo: Graciela de Tezanos Pinto y María Laura Vidal Bazterrica
Estudio de arquitectura: Clariá&Clariá
Año de ejecución: 2003
Superficie jardín: 1.080 m2
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