Esta terraza se encuentra en el último piso de un edificio bajo frente al mar, en la Playa Mansa de Punta del Este. La vista hacia el oeste depara una puesta de sol casi única.
La intención
Transformar una azotea inutilizada en un lugar para ser vivido durante todo el año, un lugar para descansar, compartir reuniones, contemplar el mar y sus encantos en todos los momentos del día. Además, los dueños del lugar querían cultivar verduras y aromáticas en su terraza.
A pesar de tratarse de un espacio bastante reducido, con una gran amplitud térmica – mucho viento, salitre y frío en el invierno y sol abrasador en el verano-, se buscó crear un ámbito de múltiples usos al aire libre.
La propuesta y la realización
El énfasis del diseño de este espacio no está puesto en la utilización del material vegetal sino en su estructura.
La terraza se divide en dos lugares claramente diferenciados: por un lado el estar, con parrilla, comedor y solárium, y por otro lado la huerta. Entre ambos se establece un largo pasillo o recorrido que los relaciona. Esta comunicación está cubierta con una pérgola de madera de eucalipto tratado a alta presión.
Un deck de madera va marcando y uniendo los diferentes espacios. El resto del solado se recubrió con piedra partida de color beige.
El diseño del estar es muy despojado y juega con la disposición de maceteros de fibrocemento de dos tamaños diferentes en los que se incorporaron especies vegetales que pudieran resistir las condiciones climáticas adversas: Pittosporum tobira, Pittosporum tobira ´Nana´, Echeverria sp., Agave y Mesembryanthemum roseum.
El agua, fiel reflejo del paisaje esteño, se incluyó en tres pailas bajas y en una de ellas se agregó un géiser que aporta movimiento y sonido.
La huerta ocupa un lugar especial y está conformada por dos grandes mesones de madera en donde se alojan los cultivos. Para aportar sombra, se construyeron dos importantes pérgolas de madera, una en el estar y otra que comunica con la zona de la huerta.
Recostada en una pared protegida, a pedido del dueño de casa, se plantó una Bougainvillea de flor roja que trepa por una de las pérgolas.
El mobiliario de madera rústica, conformado por butacones, mesones bajos y reposeras, se sitúa en los diferentes espacios y genera un área de solárium. En la zona del comedor, la rusticidad de la mesa contrasta con las líneas de delicado diseño italiano de las sillas. El protagonismo, al fin, lo ganaron las vistas infinitas, la puesta de sol y el manso mar que se funde, a lo lejos, con el cielo.
Obra: Terraza frente al mar
Lugar: Playa Mansa, Punta del Este
Proyecto de paisajismo: Estudio Siempreverde, paisajista Roberto Mulieri
Año de ejecución: 2006
Superficie terraza: 170m2
Rayos X: Roberto Mulieri
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