Con una espléndida pileta, la terraza de este flamante edificio en Coghlan es un espacio común ambientado para usos simultáneos de distintos dueños.
En una esquina de un barrio de casas bajas, el edificio Rivera-Superí fue proyectado y realizado por la desarrolladora Kuantica. Así como en la propuesta general se buscó jerarquizar la esquina, en la terraza esto se tradujo en el protagonismo de la pileta, que se conecta por desniveles con dos sectores que pueden ser usados por diferentes grupos a la vez. En los extremos del deck, se colocaron reposeras ‘Bali’ de teca con colchonetas de new fill (Coin Vert). Maravillosas vistas e intimidad gracias al entorno de poca altura.
A cada sector se le dio una impronta propia, según la ambientación de Innov-art, estudio de Carolina Peuriot y Magdalena Rodríguez Ballester. La terraza más grande, por su cercanía con la pileta, tiene muebles informales y resistentes, con un área para comer y otra con función de living. En esta última, sillones de uno, dos y tres cuerpos modelo ‘Sofía’ y mesa ratona alta sobre una alfombra de yute. Al fondo, jaula con velas y, en el detalle, pinche con forma de flor.
En este edificio, de pocos pisos, los espacios comunes, como el gimnasio, el SUM y la terraza, tienen un tamaño medio, de acuerdo con las necesidades de los propietarios.
Con muy buen asoleamiento durante todo el día –amanece por Superí y se pone el sol sobre Rivera–, la pileta se puede disfrutar a pleno. Eso sí, una sombrilla es el complemento imprescindible. En este caso, una bien amplia, de 3 metros con base de travertilit acompaña la mesa de teca extensible de 1,80x2,40x1m con sillas, también de teca, dos de ellas con apoyabrazos.
En una esquina de un barrio de casas bajas, el edificio Rivera-Superí fue proyectado y realizado por la desarrolladora Kuantica. Así como en la propuesta general se buscó jerarquizar la esquina, en la terraza esto se tradujo en el protagonismo de la pileta, que se conecta por desniveles con dos sectores que pueden ser usados por diferentes grupos a la vez. En los extremos del deck, se colocaron reposeras ‘Bali’ de teca con colchonetas de new fill (Coin Vert). Maravillosas vistas e intimidad gracias al entorno de poca altura.
A cada sector se le dio una impronta propia, según la ambientación de Innov-art, estudio de Carolina Peuriot y Magdalena Rodríguez Ballester. La terraza más grande, por su cercanía con la pileta, tiene muebles informales y resistentes, con un área para comer y otra con función de living. En esta última, sillones de uno, dos y tres cuerpos modelo ‘Sofía’ y mesa ratona alta sobre una alfombra de yute. Al fondo, jaula con velas y, en el detalle, pinche con forma de flor.
En este edificio, de pocos pisos, los espacios comunes, como el gimnasio, el SUM y la terraza, tienen un tamaño medio, de acuerdo con las necesidades de los propietarios.
"La terraza se proyectó con rincones acogedores en desniveles, así puede ser usada por varios grupos a la vez manteniendo cierta privacidad", señala la arquitecta Emilia Castro, de Kuantica.
La terraza más pequeña, apartada de la pileta, se pensó como un lugar más íntimo. Las ambientadoras de Innov-art eligieron, para este espacio, muebles de ratán, más sofisticados, en tonos neutros: sillones ‘Nevis’ de un cuerpo con riñoneras rayadas alrededor de la mesa de teca de 1,50 x 0,70m. En la pared, espiral ‘Pottery’ con velas.
Con muy buen asoleamiento durante todo el día –amanece por Superí y se pone el sol sobre Rivera–, la pileta se puede disfrutar a pleno. Eso sí, una sombrilla es el complemento imprescindible. En este caso, una bien amplia, de 3 metros con base de travertilit acompaña la mesa de teca extensible de 1,80x2,40x1m con sillas, también de teca, dos de ellas con apoyabrazos.
Sobre la mesa, batea de Americana. "Los tonos que se usaron en ambas terrazas son neutros. Se buscó conectarlas mediante el color y los detalles", dijo la arquitecta Peuriot, de Innov-art. El aplique de chapa con flor calada o el pinche mariposa son detalles que aportan gracia y personalidad.
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