Una mesa de hierro blanco con sillas de jardin y un banco de plaza forman un rincón para disfrutar de la sombra de los árboles.
Con esta consigna, se realizaron unidades habitacionales independientes que –estuvieran o no ocupadas– no interfirieran con el funcionamiento diario de la casa.
Afuera de una de las habitaciones se armó un espacio íntimo para tomar el té o desayunar: muebles de hierro blanco y almohadones en tonos de rosa.
En la galería, a la salida del living, un estar con sillones de hierro y colchonetas de cuerina, almohadones y mesa de hierro.
El mismo criterio se aplicó tanto al área interior como a la exterior: múltiples espacios de reunión como el playroom, el comedor, el living y la pérgola con parrilla, conviven junto a rincones pensados para una mayor intimidad. Y para lograr una integración fluida entre el parque y la casa se crearon espacios intermedios que rodean la casa y la vinculan con su frondoso exterior.
En el living, sillones con fundas blancas, mesa ratona de madera se pintó de azul y se colocó sobre una alfombra celeste.
El estilo elegido para la casa, en respuesta a los gustos personales de su dueña, fue el American cottage, característico de las antiguas casas rurales y de la Costa Este de los Estados Unidos. Esto se refleja en la distribución simple de los ambientes, el tingladillo de madera, el trabajo de las columnas, los techos de chapa, los detalles de arquitectura colonial del país del Norte y la importancia que tienen las chimeneas y los materiales tradicionales en este tipo de construcción.
Playroom. Alrededor de la gran mesa ratona se dispuso, en forma de U, un sofá cama reformado y restaurado con colchones.
La puerta de acceso principal, con vidrio repartido, y la escalera en MDF y madera oscura para los escalones que lleva a la segunda planta
Por otro lado, su asimetría logra una excelente integración entre la casa y el entorno. Inspirada en las tendencias y diseños de la casa de decoración norteamericana Pottery Barn, la mano de Sofía Figueroa Bunge –presente en cada uno de sus detalles decorativos– hizo el resto. Con un gran talento para el equilibrio en los colores y la ambientación de los espacios, logró otorgarle identidad a cada uno de ellos. Por otra parte, los muebles diseñados siguen el estilo elegido y responden a las necesidades funcionales y de versatilidad de cada uno de los ambientes.
En el escritorio. La biblioteca, en MDF, es diseño del Estudio. En el nicho del ventanal se ubicó un sofá cama.
El tapizado de las sillas antiguas se realizó en composé con uno de los sillones del living. Un pasaplatos lo comunica con la cocina, realizada con muebles blancos
Dormitorio principal. La cama, con respaldo capitoné tapizado, se vistió con acolchado de hilo tejido al crochet.
Chaise longue con un butacón y un sillón, ambos con fundas blancas
Sobre la chimenea, cuadro de Delfina Estrada iluminado por una araña antigua, patinada y restaurada por La Pantalla. Sillón francés de estilo color habano
Cuarto de huéspedes: respaldo de cama y cover en bull blanco; almohadones, tapizado del Bergère y cortinados, todo con géneros de Cortiblanc
Cuarto de los chicos. Camas con baúles a sus pies y almohadones. Los ponchos aportan el toque de color
Cuarto de chicos: respaldo en bull blanco destaca contra el lavanda de las paredes. La colcha lavanda, de piqué, comprada en Pottery Barn
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